27.1.07

A propósito de un artículo de Gutiérrez Góngora

Muchas veces he leído lo que escribe don Jaime Gutiérrez Góngora en las páginas de La Nación y lamento decir que casi invariablemente sus posturas, que podríamos calificar con benevolencia de “reaccionarias”, me provocan repulsa, cuando no indignación y en el peor de los casos bochorno ajeno. Sin embargo, para mí ayer “la sacó del estadio” al manosear la figura del perdón en ciertas prácticas culturales africanas y terminar conjugándola con el perdón cristiano para justificar que en Chile se mantenga la impunidad, considerada eufemísticamente como amnistía, sobre los actos criminales del régimen de Pinochet. (Aquí se puede leer su artículo).

Una cosa es que cada víctima directa o indirecta decida en su fuero interno perdonar el agravio causado por actos criminales y otra muy distinta que el Estado, por ley o decreto, decida otorgar una "amnistía" a los autores de tales crímenes. Ciertamente la conquista del perdón es una gran aspiración de la humanidad, pera ella no puede lograrse por mandato de los supremos poderes –por ser el perdón ante todo una disposición individual y no social- y mucho menos puede obviar la posibilidad de que haya vías legales eficaces para que ciudadanos afectados en sus derechos puedan exigir justicia. Esa posibilidad es la que está reestableciendo el gobierno de Bachelet al querer corregir el error histórico de otro gobierno, por lo demás muy manipulado por estamentos del viejo régimen, que estableció la amnistía años atrás (poco importa cuántos). La paz social no puede fundarse sobre la amnesia forzoza así como la aspiración de justicia no puede confundirse con la venganza. En definitiva, qué es más sabio en todo momento: ¿Hacer justicia o perdonar? Tal vez sea esa una falsa disyuntiva y debamos responder: hacer justicia primero, y cuando tengamos la grandeza de espíritu, saber perdonar... pero no es un deber y creo que ni siquiera lo sería en un Estado teocrático.

PS. Ya se me estaba olvidando lo más importante: el correlato del perdón es el arrepentimiento y que yo sepa ninguno de esos criminales torturadores, violadores y asesinos no ha mostrado jamás ni siquiera una pizca de arrepentimiento, así que ¿Cómo pretender su amnistía por parejo? Y puesto que Gutierrez Góngora termina hablando de Jesucristo, hay que decir que en el "Padrenuestro" se pide el perdón ante Dios antes de la frase que dice "así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Y aunque no fuera de ese modo, como lo que es bueno para el ganso lo es para la gansa, los criminales deberían perdonar también a quienes los persiguen en justicia, máxime que estos últimos están en todo su derecho.

2 comentarios:

Julia Ardón dijo...

Exacto. Correcto. Claro.

Silvia Piranesi dijo...

mmm, pues si... tenés razón.. muy ilusorio y naive pensar en un posible perdón social. Qué antagónico.