31.7.07

Fin de la aventura para Michelangelo

Y la Parca siempre tenaz y no contenta de haberse llevado al gran Bergman, ayer mismo siguió guadañando la vida de otro gigante del cine: Michelangelo Antonioni. La casualidad es extrema teniendo en cuenta que estos dos hombres se admiraban mutuamente.

Curiosamente hace unos días publiqué algo sobre Monica Vitti, quien fuera compañera y musa del maestro italiano y lo citaba a él al inicio del texto. Lejos estaba yo de imaginar que tan rápidamente tendría que evocar nuevamente su nombre para lamentar su pérdida.

A Antonioni tuve la suerte de verlo una vez en el año 93. El ya estaba mayor y se desplazaba en silla de ruedas luego de haber sufrido un derrame cerebral que también le impedía hablar, pero aún así de vez en cuando realizaba alguna película que siempre era esperada como un gran evento, aunque solo fuera un corto. En ese tiempo yo vivía en París y cuando vi que la sala del museo del Louvre invitaba a la première parisina de "Noto, Mandorli, Vulcano, Stromboli, Carnevale" (documental de once minutos), marqué en rojo la fecha en el calendario y esperé. La actividad prometía ser más especial aún porque contaría con la presencia del realizador. Antonioni, sumamente discreto, se ubicó en la parte de atrás de la sala durante la proyección de su bella película. Al final hubo una ovación que él agradeció silenciosamente conmovido y luego se retiró en compañía de su última esposa Enrica Fico. Eso fue todo. Algo tan corto como la vida humana en la marea del tiempo. Dichosamente queda su extraordinaria filmografía, pero claro, para alguien como yo que siguió de cerca su vida artística y aprendió a valorarlo a través de sus obras, enterarse de su muerte es bien triste.

Con la partida de Bergman y de Antonioni ayer lunes, ya veo cual era el fondo de los malos presentimientos que tuve el fin de semana durante mis delirios.

30.7.07

Jaque y Mate para el Gran Maestro

"El séptimo sello" (1957)

Por intermedio de William Venegas, autor del blog cineteatrocr, me entero de la muerte del cineasta Ingmar Bergman. Esto me ha dejado consternado porque gracias a él aprendí a amar el cine. Un primer contacto con su obra a través de la película “El Séptimo Sello” me abrió los ojos a la magnificencia del arte cinematográfico. Esto ocurrió siendo yo muy joven. Luego tuve la suerte de ir a Francia a estudiar cine y allá pude ver casi todas las películas que él realizara, desde “Llueve sobre nuestro amor” (1946) hasta “Sarabanda” (2004). Es decir, prácticamente medio siglo de vigencia y propuestas excelsas. Arte puro, y del más exigente en la mayor parte de los casos (aunque él dijera que aquello no valía tanto). Pero ésta fue apenas la parte más conocida de su labor artística. No hay que olvidar que Bergman fue también un gran director de teatro. Por lo demás, entre sus escritos sobre cine destacan dos libros inolvidables: “Linterna Mágica” e “Imágenes”. Creo que fue en uno de ellos (no ubico en cuál) donde le leí algo que dijo con respecto a la dirección de actores y que se me quedó muy grabado: “consiste en guiarlos (a los actores) con la palabra justa en el momento justo”. Fácil de decir pero difícilísimo de lograr. Sin embargo con cada película él demostraba el enorme don que tenía no sólo para escribir guiones y construir imágenes, sino también para dirigir a sus actores.

Noticias así realmente entristecen y dejan en el corazón como un vacío cuando uno ha aprendido a apreciar y a respetar tanto a un hombre a través de su obra.

Esto me ha hecho recordar que hace menos de un año publiqué una entrada en este blog con motivo de la partida de quien fuera el gran artífice de la luz de parte importante de la filmografía de Bergman, me refiero a Sven Nykvist. Hoy me gustaría imaginarlos a ambos reunidos en alguna parte tramando nuevas películas que pongan en jaque las certezas de Dios.

29.7.07

Alivio general

Viernes: 40º. Fuerte sopor, escalofríos, trequeteo de dientes descontrolado, sueños delirantes y obsesivos, dolor de cabeza y del cuero cabelludo, desgano alimenticio, miembros adormecidos.

Sábado: 39º. Sudoración cíclica, más dolor de cabeza, mucho sueño, ojos hinchados, boca pastosa, punzadas en las clavículas, taquicardia, malos presentimientos.

Domingo: 37,4º. Alivio general pero acompañado de sed y fatiga. Aspecto demacrado. Nada para postear.

25.7.07

Escollos

¿Y si la pregunta no estuviera planteada correctamente? Si no fuera ¿Está usted a favor del TLC? y en su lugar nos preguntaran: ¿Está usted en desacuerdo con el TLC? En ese caso el SI sería negativo y el NO positivo. Entonces no pesaría sobre la respuesta esa especie de carga valorativa que tiende a hacer hermoso decir SI y horrendo decir NO. Algunos objetarán que es volver simplemente la tortilla, pero lo interesante es que eso podría delatar una ventaja dada al SI desde el inicio. ¿Por qué se escoge un modo de plantear la pregunta y no el otro?

En el fondo es demasiado absurdo preguntar de cualquiera de estos modos, porque la complejidad de lo que está en juego hace ridícula la respuesta. Estamos en un barco a la deriva que va directo hacia los escollos y nos vienen a preguntar, a nosotros los pasajeros, cómo hay que maniobrar. ¿Finalmente qué sabemos de velámenes, motores y nudos marineros? Nada o poco. Más que una salida democrática lo que revela el referendo es un terrible vacío de poder… En realidad a este navío se le quebró el timón hace años y desde entonces, para colmo, no hay dignos capitanes. Ponernos ahora en su lugar no nos garantiza para nada evitarnos un destino de buque fantasma.

22.7.07

Maravillitis

Recientemente se ha detectado la reaparición de una enfermedad de origen incierto cuyas primeras víctimas documentadas fueron los antiguos griegos. En los anales de la historia quedaron concretamente registrados los casos de Heródoto, Filón de Bizancio y Antípatro de Sidón como algunos de los primeros hombres que contrajeron la maravillitis septárea, tal el nombre científico de esta enfermedad. Su reaparición no deja de ser sorprendente ya que a pesar de ser un mal sumamente contagioso, se creía que estaba controlado desde hace al menos dos mil años. Pero en la actualidad ha resurgido con fuerza inédita, causando estragos en las modernas sociedades digitales, lo que hace suponer que de algún modo se ha creado una extraña patología que involucra tanto agentes tecnológicos como humanos. Sus efectos dichosamente no alcanzan niveles mortales ya que se trata de una afección relativamente benigna (aunque no se descarta que en el futuro evolucione hacia formas más nefastas que podrían inducir al homo sapiens a cometer actos criminales).

La etiología de la maravillitis no es aún muy clara, pero su aparición se atribuye usualmente a un virus o bacteria que solo afecta a los seres humanos. Algunos galenos opinan, sin embargo, que la versión moderna de la enfermedad se origina en los miasmas que emanan de ciertos escritos antiguos. En todo caso, sus síntomas son fácilmente detectables porque quienes padecen la dolencia asumen una conducta que los lleva a proponer sistemáticamente un espectro de siete maravillas de algún orden. Más raros son los casos en que los afligidos hablan de ocho o aún nueve maravillas. La cifra siete parece entonces no ser azarosa, aunque el misterio de porqué ella y no otra subsiste y actualmente es objeto de investigaciones financiadas mediante teletones.

Lo que históricamente era una enfermedad de episodios aislados, este año adquirió pues proporciones de pandemia cuando alrededor de cien millones de personas de todas las nacionalidades votaron por Internet y por teléfono para elegir aquellas que consideraban las siete maravillas del mundo moderno. No más pasado el pico crítico de la enfermedad, la humanidad entró en una fase de recaida con el fenómeno de “las siete maravillas naturales”. Quienes creen en el origen viral de la enfermedad sostienen que se trata de una cepa hasta ahora desconocida, pero seguramente derivada de la cepa original por mutación genética debida a las tristes condiciones ambientales que experimenta el planeta.

Nuestro país no ha sido inmune a la maravillitis y ha surgido un foco infeccioso virulento que está llevando a los pacientes a plantear diversas hipótesis sobre cuáles serían las siete maravillas de Costa Rica. A pesar de que yo combato la mayoría de mis dolencias tomando jugo noni -lo que aumenta notablemente mis defensas- en estos días llegué a sentir síntomas de maravillitis y me dediqué a pensar ya no solo en cuáles serían para mí las siete maravillas modernas, sino también en cuales serían las siete maravillas ticas (sin contar a Maribel Guardia). Entre las primeras incluí: Las Pirámides de Egipto, Machu Picchu. la Gran Muralla China, el Templo de Angkor, la Torre Eiffel, El Taj Majal y una más que ya no recuerdo. Descubrirme como portador del mal me llevó a automedicarme con dosis reforzadas de noni, lo que sin duda me permitió evitar la fase paroxísitica de la enfermedad en la cual uno llega a votar y a delirar creyendo que se trata de la más grande, hermosa y universal manifestación democrática de que se tenga noticia, cuando el caso es que no es lo mismo el acceso a “las urnas” en Africa por ejemplo, que en Europa. ¿Tenemos suficientemente claro que el 80% de la población mundial no tiene acceso a Internet? ¿O que solo el 1% lo tiene en Africa? ¿Y qué pensar del aplastante analfabetismo y las posibilidades reales que tiene una gran parte de la humanidad de siquiera imaginar qué podría ser una maravilla? En cuanto a las maravillas ticas determiné que solo podría alcanzar el número cabalístico de siete haciendo un coctel compuesto de maravillas naturales y de maravillas arquitectónicas. El inventario para mí sería así: El Cerro Chirripó, la Isla del Coco, el Volcán Arenal, El Teatro Nacional, los Canales de Tortuguero, Manuel Antonio, y dejando las hostias en el alambre, la Iglesia colonial de Orosi.... aunque mejor no.... definitivamente mucho mejores son las Esferas de Piedra bruncas. La Casona de Santa Rosa no la tomé en cuenta porque, reconstruida después de que un demente la incendiara, para mí ya no es lo mismo. Tampoco incluí el Monumento Nacional ni el Edificio Metálico porque el primero fue obra francesa y el segundo belga (y que no se me acuse de xenofobia porque por ahí tengo también pasaporte galo). Si bien en algún momento había integrado el Fortín de Heredia, luego lo saqué de la lista porque finalmente no me parece tan maravilloso, aunque los arquitectos del Paseo de las Flores no piensen igual y lo hayan clonado en el mall que diseñaron. Por otro lado me hubiera gustado meter en la lista el Ferrocarril al Atlántico, pero desde que Figuerillos lo cerró (para favorecer al gremio de los transportistas dicen las malas lenguas, pero no me consta) solo es posible repertoriarlo como una maravilla desaparecida. En otro orden de ideas, al TLC no se le podría considerar como la maravilla que algunos pregonan hasta tanto no se vean sus frutos. “Viendo al payaso y soltando la risa” dice la sabiduría popular. Pensando en el desarrollo armónico del país, lo más conveniente y equitativo hubiera sido asignar a cada una de sus siete provincias una maravilla, pero tal vez sea mejor evitar esa idea porque se podría prestar para que ellas quieran incluir a sus respectivos equipos de fútbol en la lista y ya sabemos que ninguno pasa la prueba.

En vista de la fuerza inusitada de esta enfermedad que la clínica contemporanea describe como crónica, mi pronóstico es que en el futuro veremos aún más manifestaciones de la misma, por ejemplo las siete maravillas astronómicas, las siete maravillas animales o minerales; las siete maravillas literarias, cinematográficas o musicales; las siete maravillas femeninas o masculinas; las siete maravillas en malls; las siete maravillas en licores o estupefacientes, las siete maravillas en casos de corrupción, las siete maravillas en listas de siete maravillas... etc, etc.

8.7.07

La Vitti

Ha una bella nuca, pottrebe fare dal cinema"
Michelangelo Antonioni

Ver a una leyenda del cine, no en película ni en foto, sino ahí delante tuyo, puede resultar excitante y en algunos casos hasta divertido. Así fue como yo vi a la Vitti, la musa del maestro Antonioni, el Miguel Ángel del séptimo arte: Una mujer alta corriendo por los pasillos de un palacio y un enjambre de fotógrafos persiguiéndola. En ese momento no supe quien era, solo observé una cabellera rubia flameando por la velocidad del cuerpo que la impulsaba y una tormenta de flashs reverberando en sus rizos. Mi curiosidad se despertó y me fui detrás de los paparazzis, pero sin cámara.

Un día de estos mientras repasaba ese magnífico film llamado El Eclipse (1962), protagonizado por la inmortal Monica Vitti y por un Alain Delon casi adolescente, rememoré esa escena. Me trasporté al año 90, destino: "La Côte d'Azur". Recordé el mediterráneo obsesivamente azul frente al hotel Majestic de Cannes y su brisa salobre me acarició de nuevo el rostro mientras caminaba por las ásperas arenas de la playa adyacente al “Palais des Festivals”, la misma playa donde tanta starlette se hizo fotografiar inútilmente ansiando ser descubierta por algún afamado director. ¿Cuántas otras no se habrán entregado ahí mismo a algún productor proxeneta?

Pero la Vitti no era cualquier starlette. Hace tiempo había dejado de llamarse Maria Luisa Ceciarelli y ahora disfrutaba de la gloria. Ella era “La Avventura”, “Il Deserto Rosso” y por supuesto también era “L’Eclisse”, ella era el ingrediente clave de la mejor cosecha antonionesca. Su talento luego serviría a Vadim, a Buñuel, a Losey, a Monicelli, a Scuola y a una larga lista de directores que no acabaría de nombrar y que sin duda hubieran agradecido el ojo avizor del gran maestro italiano cuando descubrió que su hermosa nuca estaba destinada al cine. Por mi parte, cuántas veces no habré visto “La Avventura” y admirado la belleza enigmática de esta mujer, su rostro alargado, su boca inefable y sus ojos de gacela reflexiva. Pero una cosa es el lente de la cámara de Antonioni y otra la mirada humana, una cosa son los veinte años con maquillaje y otra la cincuentena sin misericordia. Por eso yo no había reconocido a la Vitti mientras huía de los fotógrafos. Cuando finalmente la horda furiosa la arrinconó en un ángulo obtuso del Palacio de los Festivales y yo me abrí paso entre los bárbaros del flash para observar mejor aquella presa acribillada a punta de obturadores, me maravillé al ver que se trataba de ella, de la Vitti. Mucho más vieja claro, pero siempre una mujer exquisita y radiante. Delante de mis ojos, apenas a un par de metros, ella desplegaba su sonrisa cautivadora y yo respondía con una ráfaga de metralla neuronal con la intención de disecarla para siempre en mi memoria.

Después lo supe, la Vitti había ido al Festival de Cannes ese año para presentar una película dirigida por ella: “Scandalo Segreto”. Creo que me peleé con alguien para obtener entradas pero en realidad fue inútil, la Vitti estaba hecha para enamorar las cámaras, no para dirigirlas.

Tarde en la noche, pasada la ensoñación, fui a devolver la copia que había alquilado de El Eclipse. En la estantería del videoclub otras películas protagonizadas por la Vitti exhibían sus fotos en la carátula como para atraer mejor a improbables clientes. Yo pensé en ella, en el maldito alzheimer que la roe. Pensé en el fugaz instante en el que habíamos coincidido en tiempo y espacio para respirar acaso algunas moléculas del mismo aire. Fue en una vida ya eclipsada para ambos.

7.7.07

Invitación

Como algunos saben, además de este blog mantengo otros dos: "Tinta y Luz", dedicado a mis pecadillos literarios y fotográficos y "Cosas de Jota", dedicado a rescatar recuerdos y cosas de un modo u otro relacionadas con mi abuelo, Don Joaquín García Monge. Este último blog lo tenía injustificadamente abandonado desde noviembre del año pasado, pero hoy he vuelto a postear de nuevo en él (esta vez presento "La locura campesina", un ameno texto de mi padre publicado en la páginas del Repertorio Americano en 1941). Lo digo por si les interesa y quieren darse la vueltita por ambos. Están invitados.

5.7.07

Nuevo Pleix

En un viejo post recomendé darse una vuelta por el fenomenal sitio de Pleix. Pues bien, este post es para recomendarlo de nuevo ya que desde hace poco tiempo está al aire su última creación (sobre unos conejitos bien divertidos).

2.7.07

Hablar solo

Después de todo no está tan mal eso de quedarse hablando solo en el vano de la puerta o en el quicio de la ventana con un espejito en la mano. Hablar lejos de todo tímpano, lejos de toda mirada escrutadora y de toda intención aduladora.

Hablar como hablan los llamados locos en los pasillos de los asilos: Expulsando un eterno monólogo que es también un canto a lo que les queda de sí mismos. Y no crean que no los he visto, porque varias veces he visitado en el hospital psiquiátrico a un hermano que tiene la osadía de refugiarse ahí con cierta frecuencia.

Entonces he escuchado a los campeones de la parla en solitario y he comprendido que sus palabras son sumamente importantes: resuelven enigmas, perforan muros, derriban falsas deidades y se recombinan sin cesar hasta hacerse un espumarajo en la boca.

Hablar solo podrá ser amargo, pero es una forma de sobrevivir y de silenciar las estridencias del mundo.