24.8.06

Sin pelos en la lengua

Ampliamente documentado, el informe de Amnesty International (todo lo contrario de la típica amnesia internacional) sobre el reciente conflicto en Oriente Medio califica muchas de las acciones militares de ambos bandos como "crímenes de guerra" que requieren la acción de la jurisdicción internacional contra los individuos responsables. Pero el informe cuestiona particularmente al ejercito israelí por el uso desproporcionado e indiscriminado de la fuerza en territorio libanés. Ojalá se le de a este informe la difusión que merece y se escuchen sus recomendaciones.

20.8.06

Las Peras del Olmo


Quisiera aprovechar este espacio para recomendar la visita de la exposición virtual "Las Peras del Olmo", que retoma la exposición que hicieran las artistas nacionales Carolina Córdoba y Sila Chanto hace ya varios meses en el Museo de Arte Costarricense. En esa oportunidad ellas presentaron al público el producto de una detallada investigación sobre la obra de la grabadora Emilia Prieto y obtuvieron por ello un Premio Nacional en artes plásticas. Ahora, gracias al sitio de Red Cultura, tenemos la oportunidad de repasar virtualmente dicha exposición. Especial mención requiere el hermoso trabajo de diseño y adaptación para la Web de Carlos Zegarra.

15.8.06

Requiem por mi disco duro

Los ciclos de vida tanto para ciertas especies animales como para algunos componentes digitales es corto. Cinco años en la existencia de un disco duro signifícan la tercera edad... seis años la muerte. Esta semana he pasado por el dolor de darle sepultura al corazón de mi computadora Nº1 (La Nº2, mi "chuzo" de trabajo, está en plena adolescencia y sigue carburando a todo dar).

Dichosamente la clonación en el mundo digital, más que una realidad moralmente deseable, es un asunto vital, así que desde que percibí las primeras señales de fatiga hace unos meses, hice un amplísimo "back up" de todos los documentos que con el tiempo había ido acumulando o produciendo. Así que no fue mucho lo que se perdió. Parte importante de lo que se salvó fueron los 6 o 7 gigas de MP3 "adquiridos" en la mejor época de Napster. Aún no he comprado un nuevo corazón-memoria para mi número 1, pero tengo ganas de aprovechar el momento para hacerle un serio "up grade" a su procesador (que ya es un viejito que camina lento) y para dotarla también de mucha más memoria.

Esto no es más que un hasta luego fiel camarada. Tu reencarnación está programada.

Formas de parcializar el entorno

Llama la atención cómo en nuestro país se proponen ideas y se realizan actos que responden a una visión parcial y hasta oportunista de la realidad, y esto se hace sin ningún rubor. Dos ejemplos recientes:

1- El presidente Arias le solicitó a Chile que vinieran expertos del gobierno de ese país a contarnos su maravillosa experiencia con el TLC. ¿Porqué no hacer venir también a representantes de los campesinos mexicanos que han tenido que dejar sus cultivos y sus tierras luego de la entrada en vigor del tratado de libre comercio entre Mexico y Estados Unidos para que nos cuenten su amarga experiencia?

2- Estos días que se desató la violencia en Oriente Medio, la cadena de televisión Amnet está proponiendo un nuevo canal de pago, pero por el momento se puede ver libremente. Se trata de un canal israelí y las veces que he tenido ocasión de sintonizarlo solo he visto reporteros en zonas de guerra. Todo lo que dicen lo dicen en hebreo y no hay ningún tipo de subtítulo. A parte de la comunidad judía no veo a quién pueda interesar ese canal. Pero por otro lado ¿No hay acaso en nuestro país una comunidad libanesa posiblemente tan grande como la judía? ¿Porqué no un canal de esas tierras, o bien Al-jazeera (la CNN árabe según algunos)?

10.8.06

Wafa Sultan


wafa sultan
Vídeo enviado por phatt

Me pareció interesante este video de la televisión árabe Al-Jazeera, donde Wafa Sultan, psicóloga árabe-norteamericana, mantiene un discurso sumamente fuerte contra el Islam. No creo que en muchas televisoras de los países occidentales, un discurso semejante contra la Iglesia Católica sea posible.

Sin embargo, por haber hablado como habló, Wafa Sultan vive actualmente bajo amenaza de muerte.

Nota: Si el video se entrecorta, recomiendo ponerlo en pausa mientras se carga y luego dejarlo correr.

9.8.06

Esperanzas en ruinas en el campo de los moderados

Siguiendo con la serie de traducciones de artícuos que me he propuesto, hoy dejo éste de Amos Gitai, mi cineasta israelí preferido. Aclaro que busco presentar puntos de vista planteados desde perspectivas y modos narrativos que no son los de los fríos analistas geopolíticos. Si bien leo también ese tipo de artículos, siempre me dejan una impresión de inhumanidad porque sus autores pareciera que estuvieran analizando las tácticas de un encuentro de fútbol o una partida de ajedrez y no un conflicto donde mueren gentes y se destruyen países. Más me interesan aquellos textos escritos desde una perspectiva humana y personal. Tal es mi línea editorial por decirlo así, aunque con ello no quiero expresar que necesariamente esté de acuerdo con todo lo que escriben estos autores.

Estar en Haifa, mi ciudad natal, estos días, escuchar las sirenas de alarma, y los misiles que caen, es una experiencia que no tiene nada de intelectual. Es, al contrario, sentir físicamente cuánto ser un ciudadano de Oriente Medio significa también ser parte de un gran ritual de esta región, que consiste en derramar la sangre de su pueblo a intervalos regulares.

La única pregunta que se puede plantear es ¿Porqué? ¿Cuántas de esas víctimas todavía, y cuántas destrucciones serán necesarias para que aquí se comprenda que esta danza de muerte no rima con nada?

El conflicto actual demuestra al menos una cosa: que el Oriente Medio estaba estos últimos tiempos en el camino de la calma y la reconciliación. De forma trágicamente repetitiva y previsible, los extremistas intervienen cada vez que algún progreso se logra hacia la paz y lo destruyen por la fuerza.

Basta devolverse algunos años en el tiempo para darse cuenta de eso: Desde el momento en que Itzhak Rabin dio orden al Tsahal de retirarse de Jenine y Naplusa hubo una ola de atentados en los buses de Tel Aviv. Del lado de los terroristas, cada avance hacia la paz es interpretado como un signo de debilidad, la ocasión de demostrar su potencia atacando a Israel.

Es así que han minado el campo de los moderados israelíes. Durante este tiempo, ni los israelíes ni los palestinos han tenido tiempo de resolver sus problemas cotidianos, humanos, que existen aquí como en cualquier otra parte del mundo, los problemas de pensiones o de salarios mínimos. El conflicto impide todo avance social. Hay que cuidarse de no hacer la amalgama entre el conflicto principal entre israelíes y palestinos y los enfrentamientos entre Israel y los países árabes. El primero es el conflicto esencial, porque la tierra pertenece a los dos pueblos y hay que encontrar un medio de vivir juntos.

Para nosotros, los israelíes de izquierda, la guerra que vivimos en este momento es particularmente compleja sobre el plano político. Desde hace años por medio de artículos, libros y películas, hemos buscado demostrar que la solución es el retiro de los territorios ocupados. Sin embargo, cuando Israel se retiró de Gaza y del Líbano, fue exactamente cuando el Hezbollá atacó. En cambio, en la parte del Golán que se mantiene ocupada todo está en calma.

Ya sabemos lo que la derecha israelí va a decir: retirarse no es la solución. Por mi parte, creo que Israel debería continuar su retirada, e incluso que la coexistencia pacífica no es solamente una esperanza lejana: ella ocurrirá finalmente. Pero esperando ese momento, la lucha contra el Hezbollá no tiene una solución “políticamente correcta”.

¿Se puede verdaderamente calmar una organización religiosa feroz, que se apoya en una ideología perfectamente irracional, por la moderación y la diplomacia?

La particularidad del conflicto de Medio Oriente es que está íntegramente filmado. Es el conflicto más mediatizado del planeta, es la serie preferida del mundo entero. Una serie sin fin, donde los buenos y los malos intercambian con regularidad sus papeles.

Hacer cine en este contexto es un verdadero desafío: constantemente se deben poner las cosas en perspectiva, hay que mantenerse racional, a pesar de la tormenta, a pesar de las inquietudes personales.

Ser a la vez ciudadano y cineasta en este contexto es un asunto de esquizofrenia, pero yo creo profundamente que el cine no debe ser el noticiero de la noche, que él tiene por función desmantelar la simplificación de la mediatización.

A fin de cuentas, no debe nutrir el odio, sino la comprensión.

Amos Gitai

8.8.06

Esos amigos que empujan a Israel al abismo

Como en nuestro país noto una ausencia casi total de análisis y colaboraciones sobre el conflicto en Oriente Medio tanto en la prensa escrita como en blogs, he decidido comenzar a traducir yo mismo artículos de la prensa francesa, principalmente de "Le Monde", que tanta atención le presta al problema. Hoy les dejo éste texto del afamado escritor marroquí Tajar Ben Jalloun.

Puede ser que la amenaza más seria que pesa sobre Israel sea la paz, incluso una paz justa y durable, una paz hecha de reconocimiento mutuo entre dos Estados vecinos, una paz que sería la aceptación de la realidad, no del fantasma, sin mitos. Ahora bien, la realidad es compleja, es difícilmente controlable en su totalidad, rehúsa plegarse a los deseos de dominación e incluso de humillación, por el momento ella está acaparada por furores impacientes, crueles y extremos. Es una realidad marcada por lo trágico, por el odio, por el racismo y por el engranaje de la venganza.

Hay que decir las cosas fríamente, pero como ellas son, por lo menos de la forma como son vividas por el mundo árabe: Los israelíes en su mayoría no tienen ningún deseo de vivir al lado de los Palestinos porque las heridas graves y los rencores se han acumulado, porque los malentendidos históricos no han sido jamás aclarados, porque las guerras han castigado a todo el mundo. Los Palestinos, en razón de ocupaciones feroces y de destrucciones brutales, no tienen el más mínimo deseo de compartir el pan y de creer que vivirán en paz con un enemigo que ha construido un muro de concreto, un muro de odio, y que jamás a cesado de perseguirlos y de impedirles existir en el sentido banal y vital del término.

Existir, es poder disponer de un Estado con fronteras continuas y seguras, es poder ir a la escuela y luego a la universidad, es poder hacer proyectos para el futuro, es tener un pasaporte, es viajar, tener una policía, un ejército, es construir rutas, hospitales, parques, guarderías infantiles, casas... sin pensar que un día ellas serán barridas por los tractores que se ensañan con sus habitantes porque se sospecha que forman parte de la resistencia a la ocupación.

Existir, para Israel, es tener fronteras seguras y reconocidas, tener garantías para la seguridad de sus ciudadanos, es no ver más kamikazes explotar en un restaurante o dentro de un bus, matando inocentes, es no temer ser blanco de misiles lanzados desde el otro lado de la frontera, es arreglar de una vez por todas este problema de vecindad restituyendo los territorios ocupados a cambio de la paz, liberando los prisioneros, haciendo un gran esfuerzo por renunciar a la leyenda del Gran Israel, es cesar de endosarle a los pueblos árabes el crimen contra la humanidad que fue el Holocausto, por memoria perpetrado en nombre de una ideología europea, es finalmente aceptar ser un Estado cuya normalidad no es una enfermedad.

Lo que ocurre desde hace tres semanas en el Líbano y también en Gaza no es una guerra, es simplemente un grave error político y militar. No se mata gente inocente porque se sospecha que protegen elementos del Hezbollá. No se rechazan un cese del fuego y las negociaciones bajo patrocinio de una instancia neutra, las Naciones Unidas.

Esta intransigencia hace que Israel caiga en la trampa del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad que quisiera verlo desaparecer. Esta locura desgraciadamente ha encontrado un eco ensordecedor en poblaciones dispuestas a batirse contra el sionismo. El discurso de este iraní no parece ser un desliz.

La política de ocupación israelí a hecho nacer y desarrollarse un antisemitismo en una parte significativa de la población árabe. Hay que recordarle a los dirigentes de los países árabes que el racismo jamás hizo disminuir una injusticia, que el problema israelí-palestino es un problema colonial y no una cuestión religiosa que opone judíos a musulmanes. El mundo árabe debería luchar contra todos los racismos si quiere ser digno de crédito y escuchado. Judíos y musulmanes han vivido en una bella simbiosis social y cultural, en Marruecos principalmente, como bien lo ha descrito el historiador Haïm Zafrani.

Israel cae también, pero voluntariamente, en el engranaje político desastroso de G.W. Bush. Es conocido que desde siempre Estados Unidos a respaldado sin falla al Estado de Israel, pero a veces hay que saber escoger sus amigos. Bush no puede ser algo positivo para esta región. Contrariamente a Jimmy Carter y a Bill Clinton, él no tiene ningún deseo de ver concretarse un proyecto de paz. Bush está poseido por el odio hacia el mundo árabe-musulmán porque es incapaz de comprenderlo y menos aún de respetarlo. Es necesario que algún día la justicia se interese en los crímenes cometidos en nombre de la política de ese presidente; su arrogancia y su fanatismo han causado centenas de miles de víctimas en Irak y, hoy, por su apoyo sistemático a la política de Sharon y actualmente de su sucesor, él es también responsable de centenas de civiles muertos por las bombas que le hace llegar a Israel.

En este sentido, es tiempo de detener las matanzas. Es tiempo de despedir a la muerte que sorprende en su sueño familias que no han hecho nada ni contra los Israelíes ni contra los Palestinos. Es tiempo de salvar a Israel de sí mismo, de sus amigos que lo empujan al abismo. Si continúa su aventura con la misma saña y cometiendo los mismos errores, una cosa es segura: jamás conocerá la paz, aquella que reclaman la mayoría de sus ciudadanos, aquella defendida valientemente por una minoría de intelectuales judíos en el mundo, aquella que necesita Palestina para renacer y existir.

Ahora bien, para salvar a Israel, es necesario que acepte transformarse en un Estado como los otros, viviendo finalmente en una normalidad hecha de cotidianeidad e incluso de banalidad, lo que posiblemente sea la base de las cosas esenciales, las cosas de la vida. Es esta normalidad que reclama Palestina. El extremismo que está en el poder hoy ha sido posible porque la política israelí a cerrado las puertas, todas las puertas de la coexistencia.

Con una verdadera paz, este extremismo se consumirá por sí mismo cuando no tenga ninguna razón de existir.

Tajar Ben Jalloun

7.8.06

Sobre el conflicto en Medio Oriente

Comienzo a sentirme muy distante de aquellas personas que dicen que "no se trata de apoyar los bandos en lucha" y que todo se arregla con una oración por la paz. Quienes así piensan encuentran una forma fácil y barata de comprarse una buena conciencia y de descargarse de la responsabilidad de abrir los ojos sobre lo que sucede, sin percatarse que de ese modo le hacen el juego al bando más fuerte e injusto. Además, estas personas generalmente no concretan ninguna iniciativa propia y todo lo hacen en reacción a quienes escriben o se manifiestan denunciado actos criminales. No recuerdo tampoco que ellas pidieran ninguna oración por la paz cuando el conflicto se circunscribía a los territorios palestinos y no desbordaba al Líbano como ocurre actualmente. En esa medida sus posición me parece bien inconsistente. También me pregunto: ¿Habrían dicho lo mismo estas personas frente a Hitler o cuando en Sudáfrica se luchaba de otro modo contra el apartheid? Aunque la guerra a menudo sea una completa estupidez, a veces lamentablemente sí se justifica porque lo que está en juego es enorme y en esa lucha un bando lleva más razón que otro aunque no sea de nuestra total simpatía. En otras ocasiones algunos, en su obsesión patológica por la neutralidad, olvidan la existencia de un tercer bando que es el más afectado: el de los civiles inocentes. En el caso de medio oriente la protección de ese bando merecería la amplia intervención de una fuerza internacional que imponga la paz aunque sea por la fuerza tal como lo hizo en los balcanes. En 1947 la ONU, con buenas intenciones pero con poca visión ejecutiva, dividió de forma antojadiza la Palestina permitiendo la creación del estado de Israel, estado que ha irrespetado a través de los años más de 45 resoluciones de aquel mismo organismo. Hoy, la ONU debería asumir las consecuencias de su acto y frenar de una buena vez la política avasalladora y guerrerista de Israel, que si bien en el pasado se vió repetidas veces atacado, actualmente hace la guerra de la forma más irresponsable.

Hay quienes justifican la barbarie israelí (como Gutiérrez Góngora el otro día en las páginas de la Nación) diciendo que la lucha de Israel es la de civilización occidental contra la "amenaza global" representada por el fundamentalismo islámico de los persas. De propaganda anti-iraní ya tenemos suficiente por boca de Bush, como para que sus acólitos locales vengan a escribirnos tonterías con bilis en vez de tinta. Uno de sus argumentos preferidos es que tenemos más que ver con la forma de vida en Israel que con la que tienen en Irán. Si hemos de pasarnos de ayatolás, no por ello deberíamos identificarnos con el sionismo pendenciero; ni con la pseudo democracia de un país donde si usted es "árabe israelí", a pesar de que pueda ser elegible se le niegan otro montón de derechos y ayudas sociales; ni con su historia contemporánea que permitió la desaparición de 450 poblados palestinos dentro de sus fronteras; ni con su “justicia” que permite la tortura; ni con su legislación descarada para apropiarse en pocos meses de todas las tierras y propiedades dejadas por los palestinos (la llamada "ley de ausencia"); ni con el fenómeno de los poblados palestinos “no reconocidos” que por esa causa viven en condiciones medievales ya que el estado israelí, a pesar de tenerlos dentro de sus fronteras, no se ocupa de brindarles ningún tipo de infraestructura. En definitiva, no veo qué tiene que ver esta otra forma de oscurantismo con las pretendidas “luces” de occidente. En cambio, el modo como los israelíes tratan a los palestinos se me parece más al que tenían los nazis con respecto a los propios judíos en el ghetto de Varsovia por ejemplo.

Ciertamente los iraníes, supuestamente implicados actualmente en el conflicto a través de hezbollá, no son santos a pesar de su teocracia. Así lo demuestran cuando dicen que la solución está en rayar a Israel del mapa. Tal idea nos repugna, sin embargo reconocemos que al menos no son tan hipócritas como los israelíes que no dicen que quieren rayar a los palestinos del mapa, pero que sí hacen todo para cumplir con ese propósito: Desde hace más de medio siglo lo estamos viendo... ¿Hasta cuándo vamos a abrir los ojos a la realidad de ésta política que solo ha logrado radicalizar el conflicto hasta la locura? Es necesario ver que el carburante para el actual conflicto en el Líbano no surge tanto de lo que hace el hezbollá (aunque tengan una cuota de responsabilidad), sino principalmente de décadas de inequidades cometidas por los israelíes en contra de los palestinos.

Le pediré a todos los Budas por la paz, pero también por la verdad y por la justicia y no por ello olvidaré denunciar el terrorismo en todas sus formas, especialmente cuando asume la forma de terrorismo de estado por ser la más peligrosa. Creo que si todos hicieramos eso, la paz tendría aún más oportunidades porque manifestarse y denunciar las atrocidades cometidas y defendidas por quienes tienen nombre y apellido quizás sea una forma más eficaz de hacer circular energías positivas.