23.6.05

Los amigos

Escribir aquí y pensar en los amigos son dos cosas que para mí están de algún modo íntimamente relacionadas. Iniciar esta bitácora me ha llevado a recordar a viejos camaradas que la marejada del tiempo llevó a otras riveras y a muchos otros que siguen estando cerca aunque a veces no los vea ni tenga noticia de ellos por largos períodos. De hecho estos últimos días he estado más abocado a escribir mails a quienes mantienen en mi vida un ancla a través de Internet que a pensar en el blog, razón por la cual, después del texto inaugural, no había vuelto a depositar ningún nuevo mensaje.


Pero hoy vuelvo a las andadas y lo hago pensando ya no sólo en quienes han tenido una importancia en mi vida como amigos, sino también en todos aquellos posibles lectores que no siéndolo, podrían convertirse en entrañables amistades. Y es que estoy convencido que esta escritura es en mucho un acto de amistad, una mano tendida, una escucha atenta también y espero que sea comprendida así. Doy la bienvenida pues a todos y a todas. No duden en escribirme si les place.

8.6.05

Ciclos del sueño

Corto-circuitos del tiempo, ciclos que se repiten, caminos andados y desandados en este sueño llamado vida y que retomamos años después con más madurez. Hoy al crear esta bitácora, este "blog", me siento como si estuviera desempolvando el inocente diario que llevaba de adolescente para añadirle una página más. Sólo que esta página estaría fechada por lo menos unos veinte años después de la última escrita en aquel viejo cuaderno y que hoy no sé ni remotamente dónde estará ni en qué quedó.

Pero a pesar de los paralelismos que fácilmente puedo imaginar entre esta bitácora y mi diario, creo que más profundas son sus divergencias. Primero, porque mucha agua ha pasado bajo el puente y quien escribe hoy no se siente como el que escribía en aquel entonces, con lo cual los contenidos y enfoques de ambos documentos probablemente serán muy distintos. Y segundo, porque a diferencia del diario que nadie lee (por lo menos no de inmediato), las páginas de la bitácora son publicadas en el acto y virtualmente están expuestas a cualquiera que quiera y tenga la paciencia de repasarlas. En ese sentido el nombre bitácora me parece adecuado a condición de que se imagine precisamente como la bitácora de un navío cuyas páginas fueran arrancadas e introducidas en una botella que luego será lanzada al mar. No puedo saber quien, ni cuándo, ni dónde, ni en qué circunstancias va a recoger el mensaje para revivirlo gracias a la lectura, pero la sola probabilidad de que eso suceda introduce un elemento distinto durante la escritura (creo que uno se cuida más de lo que dice y cómo lo dice). En fin, sea como fuere, la experiencia es interesante y espero que algún día pueda decir como decía Serge Daney (un crítico de cine francés para quienes no lo conocen) "l'excercise a été profitable" (el ejercicio ha sido provechoso). Veremos cuánto dura y qué resultados trae.