11.6.10

De borrones y borrados

Hace unos días salió en la prensa un artículo cuyo enfoque me pareció bastante simplista. Su autor, el Dr. Jaime Gutiérrez Góngora, con quien el 99% del tiempo estoy en desacuerdo y por ello no me extrañó su perspectiva, lo intituló “Israel ejerce su deber de defenderse”. Pues bien, ahora que La Nación, tras varios años de retraso con respecto a la práctica de los grandes periódicos en otras partes del mundo, por fin implementó un sistema de comentarios, yo sentí que podría rebatirle al señor Gutiérrez Góngora sus puntos y que tanto él como otras personas, podrían llegar a leer mi humilde posición. Sin embargo, tres días después de haber afinado mis líneas y de haberlas enviado, siguen sin aparecer. Ya no tengo ninguna esperanza de que se publiquen y constato nuevamente que La Nación sencillamente le pone un bozal a los ciudadanos que no están de acuerdo con sus colaboradores habituales (ya antes me había pasado con otro texto). Así que bueno, al menos me queda este sitio para hacer constar mi débil voz, y por ello dejaré aquí lo que escribí y no fue publicado. Aclaro que me serví como base para mi respuesta de un texto que había preparado con anterioridad para responderle a una persona que intervino en otro foro de una forma que no compartí, así que si alguien por casualidad leyó esa respuesta, no se extrañe de encontrar ahora reiteradas mis palabras. ¿Para qué escribir dos veces la misma idea? Este es el texto:

“Creo que el punto no está en volver una vez más a la historia oficial que ya se ha divulgado ampliamente por todos los medios y que no es sino más de lo mismo. El punto para mí estaría en señalar que esta historia tan dolorosa donde murieron varias personas (eso no hay que olvidarlo), no es un incidente aislado, sino que se origina en la gran Historia… la que tiene, en su versión moderna, más de medio siglo y que ya no es tolerable que siga así. Israel no puede seguir escudándose en el argumento de que los palestinos no los reconocen, para someterlos sin piedad creando así más de la misma amenaza que dicen querer controlar y que seguramente es real, pero inducida por su propio comportamiento. Lo que nunca aceptan, quizás debido a su enraizada cultura de considerarse víctimas, es que en este caso ellos mismos han actuado de una forma que no hace más que abonar a niveles inauditos odios de todo tipo. Es un círculo vicioso espantoso. Por supuesto que nadie niega los injustos ataques de los que han sido objeto y que muchos exultarían si alguien les llegara a tirar una bomba atómica (lo que es por supuesto inadmisible), pero eso no obsta para abrir los ojos sobre la que representa la gran constante en la historia de esa región: me refiero a que Israel no ha sabido tener una actitud más conciliadora y compasiva hacia los palestinos, tal como cabría esperar de un pueblo organizado en un Estado mucho más fuerte. Ser fuerte es una inmensa responsabilidad y el uso abusivo, provocador y humillante de la fuerza, como tantas veces se ha visto a lo largo de las décadas, no es más que un vulgar acto criminal, muy alejado del sentido de magnanimidad tan necesario ahora. Israel es por otra parte una gran nación, pero para estar a la altura debe de una vez por todas comportarse de modo civilizado tendiendo puentes y no construyendo año tras año muros físicos y de odios infranqueables. Claro que eso seguramente exige mucho temple para soportar innumerables provocaciones de todo tipo que sin duda vendrían en un primer momento luego de “aflojar”, pero es la única vía para quebrar este círculo vicioso que de otro amenaza con prolongarse de forma indefinida. La gran meta de alcanzar por fin la paz para las generaciones venideras lo vale ampliamente.

Lo que el señor Gutiérrez nunca dice, es que Israel no tiene necesidad de amenazar con hacer desaparecer del mapa a los palestinos, porque sencillamente siempre los ha asfixiando y nunca ha dejado que existan como Estado”.

Bueno, hasta ahí mi respuesta. Quizás era un poco larga, pero en ese caso lo indicado hubiera sido que me pidieran acortarla, no que la dejaran de publicar.

Pero basta de habladurías, mejor les dejo un link que los llevará a una página donde podrán enterarse de algunas cosas que un nutrido grupo de soldados israelíes arrepentidos tienen que decir. Esa todavía me parece una mejor respuesta para el señor Gutiérrez Góngora.

Actualización:

Debo reconocer que La Nación sí acaba de publicar la nota que le envié directamente al moderador con el link arriba mencionado, no así mi comentario original. Algo es algo y se agradece. Aunque claro, este nuevo comentario se publica extemporáneamente, cuando ya pocas personas pasarán a leer el artículo.

No hay comentarios.: