22.12.08

Elogio condicionado de la mediocridad

Si tuviera que hacer un elogio de la mediocridad, apuntaría que en muchas ocasiones hay que saber renunciar a lo mejor, a lo óptimo o a lo más bello, privilegiando simplemente lo que más se ama. Uno puede amar a personas o cosas mediocres, pero lo que deberíamos evitar como la peste es amar mediocremente, porque resignarse a ello resulta la más triste y miserable de las situaciones.

De no ser por mi convicción personal de que el odio no es lo contrario del amor, sino su forma más pobre, diría incluso que hay que saber odiar con excelencia. Aunque tal vez sea útil señalar que en ciertos casos muy calificados, la aplicación desvergonzada de esta paradoja es lo más recomendable.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No entendí mucho, pero qué importa.

Te mando mucho, mucho amor en estos días para vos, para la mujer hermosa que te acompaña y para toda la familia.

que el año comience, siga y termine bien también.

Cariños

Eugenio García dijo...

Tan enredado escribo?

Muchas gracias Julia, es muy amable de tu parte.

Que tus metas más nobles se realicen este año y que tengás mucha felicidad.

Silvia Piranesi dijo...

antes que amar mediocremente, mejor odiar con excelencia. ?
no es que esté enredado, es que uno siente que le cambiaron el canal :P

Eugenio García dijo...

Yo nunca he dicho eso Silvia. Hay un condicional clarísimo al inicio del segundo párrafo.

Los cambios de canal pueden causar perplejidad pero a veces son más interesantes ¿no?

Silvia Piranesi dijo...

jaja, x eso pregunto quime.. lo leí varias veces y no sabía si a eso te referías

Eugenio García dijo...

Aunque también están los casos paradójicos calificados. Por ejemplo: mejor odiar la guerra con excelencia que amar mediocremente la paz.