Ballenas VS. US Navy
Bajo el Gobierno de Bush, Estados Unidos no solo se convirtió en el matón del mundo con dos guerras simultaneas, en torturador bestial con Guantánamo y en verdugo económico universal con las hipotecas basura y su casino financiero, sino que aquel presidente, en sus últimos y decadentes días, también se declaró enemigo jurado de las ballenas. Para entender mejor esta última afirmación, les traduzco lo que decía hoy un artículo de Le Monde, firmado por Laurent Zecchini.
"Es la victoria de la razón de Estado sobre la causa de los defensores de las especies amenazadas, el “knockout” del US Navy contra los abogados de las ballenas. La corte suprema de Estados Unidos decidió, el 12 de noviembre, por 5 votos contra 4, invalidar la sentencia de varios tribunales federales. Estos habían dado la razón a las asociaciones de defensa del ambiente hostiles a que los buques de guerra norteamericanos utilizaran sonares cerca de ballenas y delfines.
Una resolución de la corte de los Ángeles, en agosto del 2007, estipulaba que la marina debía reducir el nivel de los sonares, y apagarlos cuando uno de sus navíos detectara un mamífero marino en un radio de 2 kilómetros. Los expertos habían confirmado que los sonares de media frecuencia podían potencialmente provocar una “sordera temporal” de 8 mil ballenas y sobre todo incitarlas a encallar –y morir- en las costas.
El muy conservador John Roberts, presidente de la Corte suprema, alegó la defensa de la “seguridad nacional”: los navíos estadounidenses que cruzan las costas californianas tienen por tarea el oponerse a 'la amenaza potencial de un submarino norcoreano que sin ser detectado podría llegar a Peal Harbor', explicó.
Los defensores de las ballenas creían tener el viento en popa: a principios de octubre, el ejecutivo había obligado a los barcos mercantes a reducir su velocidad a menos de diez nudos en ciertas zonas costeras, con el fin de proteger las ballenas francas, de las cuales no quedarían más que 400 especímenes. Luego, el 18 de octubre, las autoridades federales habían infligido una seria derrota a la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, inscribiendo las ballenas beluga, que cruzan las costas de Cook, en la lista de especies amenazadas. La antigua candidata a la vice-presidencia de Estados Unidos sufría de ese modo su segundo revés (fuera de la elección presidencial), luego de haber vanamente abogado a favor del reinicio de la caza de osos polares.
Pero en el caso “Ballenas Vs US Navy”, el presidente Bush utilizó toda su influencia: firmó una “orden de excepción”, que le permite, en una “situación de urgencia”, pasar sobre una orden judicial en materia de medio ambiente".
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