Patente de corso
En respuesta a un comentario de manda güevo a mi anterior post, dije que a su debido tiempo podría hablar del referendo, lo que no imaginaba era el breve plazo en el que lo haría. Y es que no puedo ignorar la última salida de nuestro presidente Arias con respecto al TLC: ahora resulta que hace un llamado a los empresarios para que promuevan el SI en la consulta, como si su vocación fuera la de hacer publicidad.
El asunto es preocupante porque prácticamente significa una patente de corso para instrumentalizar a la clase trabajadora con el fin de hacer triunfar dicho SI. No son difíciles de imaginar las tremendas presiones -bajo amenaza de despido u otras sanciones- que podrían sufrir los empleados para que apoyen el TLC, aunque no estén convencidos de sus bondades. Lo mismo cabría decir del ambiente de miedo y delación que podría instalarse en más de una empresa.
Por otra parte, Arias visiblemente no toma en cuenta, o ignora conscientemente, a los empresarios que no apoyan el TLC (en el agro principalmente). Así, logra hacer una amalgama que da la falsa impresión de que todos los sectores productivos tienen un urgente interés en que el TLC sea aprobado. Por ello, el llamado de nuestro pacífico Nóbel también podría contribuir a formar una mala atmósfera dentro de la misma clase empresarial.
Sin duda, esta ocurrencia de Arias es sumamente irresponsable, poco democrática, unilateral y no ayuda en nada a mantener la paz social en momentos en que, por el contrario, estamos urgidos de una gran serenidad para poder evaluar con pertinencia cuál es el mejor camino a seguir para salir de la encrucijada en la que nos encontramos.
El asunto es preocupante porque prácticamente significa una patente de corso para instrumentalizar a la clase trabajadora con el fin de hacer triunfar dicho SI. No son difíciles de imaginar las tremendas presiones -bajo amenaza de despido u otras sanciones- que podrían sufrir los empleados para que apoyen el TLC, aunque no estén convencidos de sus bondades. Lo mismo cabría decir del ambiente de miedo y delación que podría instalarse en más de una empresa.
Por otra parte, Arias visiblemente no toma en cuenta, o ignora conscientemente, a los empresarios que no apoyan el TLC (en el agro principalmente). Así, logra hacer una amalgama que da la falsa impresión de que todos los sectores productivos tienen un urgente interés en que el TLC sea aprobado. Por ello, el llamado de nuestro pacífico Nóbel también podría contribuir a formar una mala atmósfera dentro de la misma clase empresarial.
Sin duda, esta ocurrencia de Arias es sumamente irresponsable, poco democrática, unilateral y no ayuda en nada a mantener la paz social en momentos en que, por el contrario, estamos urgidos de una gran serenidad para poder evaluar con pertinencia cuál es el mejor camino a seguir para salir de la encrucijada en la que nos encontramos.
2 comentarios:
Un dibujito de mi hermano antropologo puede ilustrar tus palabras. Voy a postearlo ahora. Abrazo.
Nadie lo pudo haber dicho mejor.
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